Ni profesional ni profesionista

A un ibérico como yo le será siempre rara la voz profesionista, tan normal en estos lares, pero aquí hay una defensa de la vigencia de este mexicanismo que puede ayudar. La comparto, y así tal vez demos un paso hacia la comprensión mutua entre las dos orillas del vasto Atlántico.

A lo que voy es a esa terrible palabra, 'profecionista'*, que hemos visto a pesar de que la tilde ausente en la esdrújula contrátalo quería evitar que viéramos. ¡Casi! Este detalle se lo regalaron a Rodrigo Suárez Araiza, que de identidad e imagen sabe mucho, al entrar a una sucursal del banco firmante en Zapopan, Jalisco. Yo pienso que una falta es un error, pero en este caso, dos, ya no. Y si Acentos Perdidos existe es en gran parte por ejemplos de ¿miopía, apatía? corporativa tan grandes como estos. Nos dan juego, eso sí. Pero menos mal que a los niños, los que están en edad de aprender, aún no se les ha perdido nada dentro de los bancos. La cosa es que para cuando crezcan hayamos querido cambiar algo. ¡Uf!